Fue el dueño de una tienda de discos de Londres el que acuño este nombre en 1968 para los discos de música negra que procedían de tiradas cortas y de sellos pequeños. Y era música que sonaba en salas que ahora son míticas: Twisted Wheel en Mánchester, el Catacombs en Wolverhampton, o el famoso Wigan Casino.
Hoy recorremos ese sonido que aun se baila y que nos hará mover las piernas seguro. Y con sorpresas sonora

